Parece que no soy tan fácil de entender como yo pensaba, el idioma en el que explico como soy y que llevo dentro es un idioma extraño, pero no es cuestión de escucharlo es cuestión de creerlo pero a diferencia de creer en un dios que no ha visto y del que no tiene pruebas, las pruebas de mi existencia están en mis actos, pero no en los que pude haber hecho, si no en los que hice y no hice.
Desde mi punto de vista y a lo mejor desde el de los demás en la teoría es fácil de entender mi existencia, pero todos sabemos que de la teoría a la practica las cosas cambian, mis acciones son confusas, tanto que a veces no entiendo porque hago algunas cosas que no quería hacer y porque dejo de hacer algunas que si quería, soy responsable de mis pecados aunque no tuviera la intención de cometerlos por acción u omisión.
Soy la suma de mis virtudes y mis defectos, de mis proezas y mis pecados y eso a lo mejor hace difícil entenderme, se tiene que estar dispuesto a juzgarme de forma consciente y creer en el testimonio que cuentan mis actos, lo malo es que no todos mis actos son visibles, de hecho creo que los actos que mejor hablan de mi son los que mantengo en secreto porque si los comentara el bien que hice ya no tendría sentido, a veces cargar demonios en silencio y secreto para que otros no lo tengan que hacer es necesario, si reconocimiento, sin merito pero con satisfacción de saber que si ese demonio esta en mi espalda la espalda de esa persona lleva una carga mas ligera.
Así pues la clave de mi existencia y la comprensión de mi ser radica en mis secretos, mi existencia estará siempre al final de un laberinto de paredes invisibles, nadie sabrá nunca quien soy realmente porque el idioma en el que puedo explicar quien soy y que llevo dentro es un idioma secreto que solo hablo yo y que nadie va a dominar, jamas...
